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Historia

Una historia llena de proyectos y esperanza

 

La Fundación Redes Solidarias nació gracias a la asociación de buenas voluntades, seres unidos para actuar sin fines de lucro como un puente de ayuda entre los más necesitados y los que pueden y quieren ayudarlos.

Apoyamos la educación mediante el Programa de “Escuelas de excelencia”, para Comunidades indígenas en aislamiento con mejoras edilicias, donaciones de útiles escolares, intercambio con escuelas, viajes de voluntarios y maestros solidarios para brindar apoyo escolar y fortalecer la educación reforzando las capacidades individuales.

Desarrollamos el Programa de “Alfabetización en Informática” con clases de capacitación docente, entrega de materiales y cuadernillos, equipamiento de computadoras en las escuelas primarias de la Estrella, La Gracia, Km. 2, La Bolsa, Pozo del Tigre, Pozo de la Yegua y Santa María.

Nuestra historia por más de 20 años de la Fundación Redes Solidarias

 Redes Solidarias surgió en la casa del sociólogo José Enrique Miguens, en el segundo mandato de Menem donde fuimos invitados un grupo de profesionales de diferentes ámbitos a pensar como podíamos aportar algo para mejorar las condiciones sociales ante la crisis social que se presentaba y nos preocupaba a todos.

Durante dos años estuvimos en Radio Nacional a la tarde una vez por semana, donde el Sociólogo Miguens con mucha experiencia en los medios y su esposa Marcela Mayol, sicóloga eran los columnistas, los voluntarios atendíamos los teléfonos y derivábamos las llamadas a los diferentes grupos de profesionales voluntarios que se habían conformado para atender los problemas de los oyentes que nos llamaban.

Atendíamos problemas más urgentes de adicciones, violencia, familiar, judiciales y legales, niñez y adolescencia etc…

Al mismo tiempo empezaron los viajes a Misión La Paz, llevando donaciones a esta comunidad que se encontraba en una situación de gran aislamiento por los problemas de acceso y por los desbordes del Rio Pilcomayo que volvían los caminos impracticables.

Con el correr de los años, los viajes nunca pararon…

En 1999, un grupo de 25 familias se separó de Misión Las Paz por disidencias con el nuevo cacique recién elegido que proponía la venta de tierras comunitarias para la creación del Puente Internacional y la Aduana, que hoy es una realidad pero que no ha traído mayor flujo de gente a la región, porque todo el comercio con Paraguay y Bolivia se efectúa por otra ciudad un poco más arriba, Pedro P. Peña.

La Fundación colaboró desde un primer momento con la nueva comunidad La Estrella, que se construyó limpiando el monte unos pocos kilómetros antes de llegar a Misión La Paz.

Los primeros año fueron muy difíciles, sin escuela, todos los chicos tenían que recorrer casi 3 kilómetros diarios para ir a la escuela y al jardín de Misión La Paz, muchos faltaban, repetían, etc., en verano tenían que cuidarse de las víboras, se decidió entre todos pedir que el Ministerio abriera un anexo, y el pedido fue atendido con la orden expresa que no le cueste ni un centavo la construcción al Ministerio.

Con toda la comunidad y con la ayuda de Redes Solidarias, se empezó a construir el anexo escolar que pronto fue sumando más aulas y se transformó con el tiempo en una escuela primaria con todos los grados.

También en los primeros tiempos se hizo una perforación para abastecer de agua a todos, luego otra perforación mayor para regar una huerta comunitaria donde cada familia disponía de mucha tierra para hacer su sementera. En los años subsiguientes se apoyó el cultivo y producción de pimentón ahumado y de harina de algarroba. Se mantuvo un comedor comunitario durante 12 años hasta que llegaron los planes a la región y cada familia obtuvo el suyo.

Al mismo tiempo y en el transcurso de esos primeros años se construyó el galpón comunitario, la casa de las mujeres, el comedor escolar. Se equipó una biblioteca y la enfermería a cargo del agente sanitario Damián García de la Comunidad. Pablo Segundo es el cacique y maestro bilingüe, Delfín Segundo es el líder del proyecto de pimentón ahumado, todos muy jóvenes con empuje y necesidad de mejorar su comunidad.

En el verano del 2009, el Río Pilcomayo que baja encajonado de Bolivia con las intensas lluvias y su creciente empezó a formar una gran curva y el terreno de toda la comunidad empezó a desmoronarse, hasta que se tuvo que evacuar a toda la gente y salvar lo que se podía. Ese mismo año ocurrieron en el mes de Carnaval las inundaciones en Tartagal.

El traslado a 4 km de distancia lejos del río y habiéndolo perdido todo, fue muy traumático para todos los pobladores, asentados sobre el borde de la ruta en un nuevo lugar, sin agua, sin luz (solo llego la luz eléctrica dos años más tarde), sin escuela, sin nada….a empezar de cero todo de nuevo.

 

Algunos voluntarios que se encontraban en la comunidad al momento del desastre, ayudaron al traslado, la gente lo único que pudo llevarse fue sus pertenencias y los postes con los cuales habían hecho sus casas de rama y chapas para el techo.

 

El 2009 marco un volver empezar para todos, para la comunidad y para la Fundación, con el cacique se decidió que toda nuestra ayuda iba a estar dirigida a reconstruir la escuela, para que los chicos no faltaran a clase. Y en marzo, los chicos tuvieron tres aulas de madera con piso de tierra, con el tiempo se puso el piso, se reconstruyeron las otras aulas, la galería, la biblioteca, la sala del enfermero, el galpón comunitario, y finalmente después de mucho luchar llego el agua de una perforación profunda a 220 metros de una comunidad vecina y tiraron caños para abastecer La Estrella. Las perforaciones que hicimos a menor profundidad fueron infructuosas de agua salada.

 

Con la llegada de la luz se llevaron las primeras computadoras, luego se puso en marcha en la escuela de la Estrella un Programa de computación especialmente diseñado para ayudar a alfabetizar a los niños y reforzar los contenidos aprendidos en el aula. Bien pronto varias escuelas de comunidades vecinas nos pidieron nuestro Programa.  Para ello se construyeron aulas de informática en otras tres escuelas, y se las equipo con computadoras.

Actualmente en alianza con el Ministerio de Educación de Salta estamos dando nuestro programa en 5 escuelas, capacitando a todos los maestros y acercando nuestros cuadernillos didácticos y computadores. El año pasado se formaron más de 700 chicos en nuestro programa que alcanza todos los niveles de la primaria. Podemos decir que a través del Programa de Informática empezamos en la Estrella y ahora estamos en otras 6 comunidades de la misma región, formando docentes y colaborando con la mejora educativa.

 

Por qué elegimos trabajar con las comunidades del Alto Pilcomayo

Decidimos trabajar con las comunidades indígenas porque ya las conocíamos, algunos de nosotros teníamos una formación en antropología, pero fue nuestro compromiso con ayudar que nos abrió las puertas de La Estrella, y la posibilidad de elegirlos y de ser elegidos por ellos, creo vínculos y compromisos que permitieron emprender juntos muchos proyectos.

Desde el primer Programa de Radio se sumaron muchos voluntarios, cada uno con el tiempo que les sobraba. Nuestro voluntariado es muy especial, cada uno aporta en cada convocatoria el tiempo que puede, muchos participan de nuestro Programa de Voluntariado Manos Solidarias y Maestros en la Frontera, por estos programas han pasado más de 80 personas en un principio todos extranjeros y en estos últimos años también argentinos.

Actualmente somos unos 10 voluntarios fijos, tanto en la Comisión Directiva como para llevar adelante los diferentes programas.

Cabe destacar que cada uno de nosotros es voluntario, nadie percibe una remuneración por su trabajo, y los hacemos desde nuestras casas, con nuestros medios, sin generar gastos adicionales a la Fundación, copiamos el modelo de funcionamiento de una Fundación Norteamericana que ayuda en toda Latinoamérica: Ivy Inter-american Foundation

 

Un sueño hecho realidad

Cuando estábamos en la vieja Estrella viendo todo lo hecho en el 2008 y pensando que más se podía hacer, llegó el río como una fuerza destructora de la naturaleza y tuvimos que empezar todo de nuevo!  De ahí en más nunca paramos para mirar para atrás, la energía esta puesta en el presente y en planificar el futuro.

 

 Nuestros ejes de trabajo

 La Fundación tiene varios Programas lo suficientemente flexibles para acomodarnos a las realidades cambiantes de cada época:

  • Programa de Huertas familiares en La Estrella y en Misión La Paz, desde 2018
  • Programa de Alfabetización en Informática, en La Estrella, La Gracia, La Bolsa, Km. II y Pozo de la Yegua. Desde 2014
  • Programa Permanente de becas para chicos que van a la secundaria.
  • Programa de equipamiento de escuelas primarias con aulas digitales y útiles escolares. Desde 2012
  • Programa de Voluntarios Manos Solidarias y Maestros en la Frontera. Desde 2004
  • Programa de apoyo al taller de arte Wichí en la comunidad de Misión Chaqueña del Algarrobal. Desde 2017
  • Programa de Intercambio escolar con la escuela de La Estrella con escuelas de todo el país desde 2000
  • Ocho ediciones de la “Exposición y Feria artesanal cultural de los Pueblos Originarios” en el Museo de Arte Popular José Hernández.

 

Balance

El Balance es positivo, todo lo que se hizo fue en base a necesidades concretas para ayudar a las comunidades indígenas de nuestro país y poniendo el foco en el chaco salteño y en las necesidades de las comunidades más aisladas. Con nuestros voluntarios, programas, capacitaciones, construcciones, etc…y junto a las comunidades indígenas, que nos enseñaron y nos fueron guiando, pudimos aprender a trabajar en conjunto,  mantener el compromiso en el tiempo y de nuestros aciertos y errores, mejorar en el día a día y ser más útiles a los demás.

 

Mercedes A. de Bocca

Tesorera y Coordinadora General

 

Comisión Directiva

Fundador
Dr. José Enrique Miguens

Sociólogo

 

Comisión Directiva

Marcela Mayol de Miguens
Presidenta y Directora Ejecutiva

Graciela Domenech
Vice-Presidenta

Patricia O´Donnell
Secretaria

Mercedes Avellaneda de Bocca
Tesorera y Coordinación General

Claudia Trenchi y Ferdinando Bocca
Vocales

 

Voluntarios Coordinadores
Joni Aimar

María Ares Atucha
Verónica González

 

Asesores
Marcela Salcedo

Leticia Corbellini
Claudia Trenchi

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